Amores de Domingo

Amores de Domingo

Ese momento único en que alguien acaricia un libro y elige incorporar a su vida ese volumen.

De entre todas las palabras del mundo, polvorientas y esparcidas, manoseadas por segunda o tercera vez, releídas para ser de nuevo abandonadas en un ciclo de adopciones intelectuales que le ha borrado el olor a imprenta y a nuevo.

De entre todas ellas precisamente esas y no otras.
Elecciones.

Misteriosas para el ojo ajeno como las decisiones (racionales, irracionales ¿importa?) que nos llevan a elegir compañías humanas por desgastados que puedan parecer o (principalmente) lo estemos nosotros mismos: ser libro o lector que elige leerte por polvorienta que estés.

Una mañana de domingo post insomnio. Observando tras las cámara. Con la mente activa

Fotosíntesis

Fotosíntesis

Los resultados de las pruebas médicas eran demoledores: la alergia al Oxigeno era incompatible con la vida y nunca volvería a hacer la fotosíntesis. Salió de la consulta con una extraña serenidad dibujada en los labios, se sentó en un banco y esperó a que sucediera lo inevitable: o la muerte o un milagro.

La caja de Pandora

La caja de Pandora

De niña me impresionó el mito de la Caja de Pandora conteniendo y liberando las peores calamidades para los seres humanos: enfermedades, guerras, terremotos, hambres,…Aún hoy, cada vez que un ser humano abre un contenedor de basura para buscarse la vida, se destapa una caja de Pandora y corren libres la indiferencia, la desigualdad, el desarraigo, el egoísmo y la injusticia. Eso sí: siempre al fondo, pugnando por salir, nos queda la Esperanza.

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