por Emilia | Abr 30, 2013 | barcelona, blanco y negro, reflexiones, soledades robadas
«The telephone can’t take the place of your smile…» – cazar esta imagen me ha recordado esa frase de una canción de Albert Hammond (eclecticismo musical). Pensaba en las relaciones a distancia, en el impulso de comunicarse, de combatir la distancia física a base de palabras, silencios y modulaciones de voz. Luego, viendo la escena desde una óptica menos romántica, he pensado en que tal vez la grandota rubia tetuda que le esperaba en la esquina no era su prima y que probablemente la llamada estaba poniendo una venda en los ojos de una mujer. O tal vez al otro lado la escena es similar y un hombre en silencio la observa hablar con su marido y calcula el tiempo que han ganado para seguir alargando la noche. Y quizás la tetuda a su vez acaba de enviar a su pareja en Copenhague un mensaje diciendo lo bien que se lo pasa con sus amigas en Barcelona y lo mucho que le echa de menos.
Quién soy yo para juzgar a ninguno de ellos…
La noche es para los vivos, de los demás se encarga el sol.
por Emilia | Abr 30, 2013 | barcelona, blanco y negro, micro relatos, soledades robadas
Esta es la historia de un viejo teatro abandonado y hombre anciano con sujeciones metálicas para no desmoronarse. Ambos solos entre las sombras y la luz. Ambos compartiendo recuerdos de lejanos espectáculos de variedades y pasos seguros y confiados. De eso hace tanto que ni uno ni otro se atreven a verbalizarlo por miedo a que queden sepultados entre otras historias cotidianas y achaques de la edad. «La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados»- se susurran con nostalgia mientras se separan hasta volverse a encontrar otro día de sol tras la lluvia. Y seguirán tan solos como hoy, hasta que un día los pasos del hombre sean sólo un recuerdo perpetuado en una foto robada. Y la soledad del edificio sea tan inmensa como desconocida.
por Emilia | Abr 29, 2013 | barcelona, blanco y negro, reflexiones, soledades robadas
Hombre solo bajo la lluvia. Pequeñez humana frente a la arquitectura. Me pregunto si huye del agua o de otras cosas (al fin y al cabo todos acabamos huyendo aunque de uno mismo no es posible escapar). Tal vez viene de llevar a su nieto a la escuela o tal vez de jugar a las máquinas recreativas mientras se bebe un coñac para quitarse el frío y anestesiar cicatrices. ¿Le espera alguien en casa o sólo la privacidad de su propia soledad? Me recuerda al cura actual de mi parroquia, tal vez lo sea: ¿jugarán a las recreativas los curas?¿se permitirán concederse el lujo de decirle a alguien si se sienten solos?
por Emilia | Abr 28, 2013 | barcelona, blanco y negro, cielo, reflexiones
1102 años de Historia.
Ruegos. Oraciones. Plegarias. Sangre. Sudores. Lágrimas.
Llamadas (¿con o sin respuesta?). ¿Alguien que escucha?
Agua: bendita, impura, de lluvia, embarrada o en charcos serenos. Agua corriendo, escurriéndose, erosionando. Cegueras. La Peste y la Mendicidad en sus formas más crueles y no sólo en la Edad Media. El Poder. El terror. La Esperanza. La decadencia. Bautismos, Bodas, Entierros. Sueños en sus formatos de pesadillas, en plácidos y también de esos de los que uno jamás despierta. El paso del tiempo desde las horas serenas de los relojes de sol hasta el iphone donde la observo. Las mezquitas cercanas. Tierra, mi Tierra. Sombras. Pisadas propias y ajenas.
Y sobretodo Piedra. Piedra de siglos lentos
por Emilia | Abr 24, 2013 | barcelona, blanco y negro, reflexiones, soledades robadas
Tantos años trabajando en producción publicitaria y cine, no sé cuántos planos de manos habré visto grabar o fotografiar.
Son una parte de la anatomía que me fascina, de ahí que en mis aventuras con la reflex procure cazar (o me cazan a mi) algunas de ellas.
¿Cuantas caricias habrán sido capaces de entregar estas manos? ¿Es el desgaste producto de un largo trabajo físico? ¿En el campo, en la fábrica, es un emigrado a la ciudad? ¿Qué me dirían sus huellas dactilares? ¿Me hablarían de delitos de crueldad o de lágrimas (ajenas, propias) secadas con el dorso? ¿De un hombre despiadado desnudando el paso de los años y a un número indefinido de cuerpos?¿O sólo a una? ¿Me hablarían del temblor generoso de la vejez al sostener los pasos de los nietos? ¿Me explicarían estas manos este gesto tan masculino a determinada edad?
No hay respuestas.
El click de la cámara captura lo que jamás volveré a ver ante mi…
Otra historia anónima para mi colección de vampiro emocional.
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