40 años después y aún es capaz de recordar el momento exacto en que conoció a su primer amor. Ella se cruzó con él en las escaleras cuando una voz la llamó por su nombre.
– «Mira, este es el Álex.»
Quien le hablaba era «el Míguel» (sí, con acento en la i y artículo) y le estaba presentando «al Álex», su vecino. Barcelona olía tanto a salitre que cuando el mar empapa la ciudad aún le evoca aquel momento. Era un día soleado y aquella cara un poco apepinada y aquel ademán un tanto chulesco le gustaron.
Aún no había cumplido 4 años y sintió el flechazo, prendándose de aquel niño de bata azul de rayas que se incorporaba a la clase de «Los Patos».
Desde aquel día hasta 6º de EGB compartieron pupitre. Álex era el líder de la clase: el mejor jugador de fútbol, el que sacaba buenas notas pero sin ejercer de empollón y el que provocaba suspiros en las compañeras.
Aún recuerda aquella sana competición por ver quién sacaba mejores notas. También recuerda cómo fue Álex quien impuso su presencia en los partidos de fútbol durante el recreo (era la única niña que jugaba) y por supuesto no ha olvidado ninguno de los relatos infantiles escritos a cuatro manos.
De aquella competitividad conserva un brillante expediente y la capacidad de ser capaz de compartir con alguien su pulsión por crear historias sin temer las burlas. Nunca hubo ningún acercamiento romántico, pese a aquel paquete clandestino que le regaló él en San Valentín cuando iban a 2º de EGB: unos bolis, una libreta y una nota. Aunque ella siempre estuvo románticamente enamorada de él, lo suyo fue un colegueo que sembró en ella una seguridad para tejer futuras relaciones de amistad con hombres. Muchas de las claves que explican su forma de ser se fraguaron en aquellos años.
Un día, mucho antes que ella despertara a la sensualidad y -menos aún- a la sexualidad, sus caminos se separaron. Él se mudó de barrio y colegio. Mantuvieron durante décadas contacto por carta y más recientemente por internet. Pero se había esfumado la magia de los paseos durante el recreo y los amores sin un solo beso que recordar.
(Foto I de la Serie en Blanco y Negro: «Nens a Sant Felip Neri» 2016-2021)
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