Una siempre vuelve a los lugares donde amó y fue amada, sin importar que el tiempo nos haya envejecido. Porque aspiramos a que aún flote en el aire algo de lo que fuimos y sentimos. Y quede algo de nosotros en la memoria de las piedras.
La memoria de las piedras
por Emilia | Nov 25, 2016 | barcelona, blanco y negro, micro relatos, soledades robadas | 0 Comentarios

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