He vuelto a hacerlo, no puedo evitarlo. Robar con la cámara una soledad ajena y anónima tiene algo de solidaridad poética y vampirismo impenitente: ¿acaso mi presencia no implica que técnicamente ya no está sola? ¿que exista alguien que te observa, te atrapa y te atesora sirve de algo si no eres consciente de ello?
Robando soledades
por Emilia | Nov 12, 2013 | barcelona, blanco y negro, reflexiones, soledades robadas | 0 Comentarios

Comentarios recientes